Stripper
El rostro fantasmal,
la tauromaquia
del púdico pintor del hombre
develado.
Su costura viril,
sus brazos como arpones
quizás lloren todavía
por Cartago,
en el salón del baile del stripper.
Delenda
est conflictos de la noche,
Imagen y prestigio descompuestos
en el terco silencio
de su espaldar hermoso.
No hay lunares,
bostezando esa piel
devoradora de olas,
o tal vez haya.
Trapezoide imperfecto
conjugando el sudor
de tiempos patriarcales.
Una percha lasciva,
una cintura,
sin cara, ni nombre ni adjetivo
perspectiva el embeleso.
La oscuridad me impide verlo.
…
Muéstrame tu quijada tabú,
los arcos de las cejas de tus ojos;
muéstrame los huecos de tus venas,
la corsaria nariz del bucanero
con vituallas subterráneas,
Muéstrame los ríos de deshielo
entre tus manos paradójicas.
¿Qué es esto de esconderte acobardado?
Muéstrame tu cabeza
mojada por la lluvia,
la frente gravitante,
el torso despoblado de medallas,
el delta de tu lengua de arrecife,
que acomete hechicero
hasta mis ganas.
Y es tu única bandera
la nalga de Aquiles
virginal y rocallosa,
de un pálido cautivo en la garganta
contra
la piadosa tortuga metafísica
del humo de los lares.
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