Le dije
Le dije
que los secretos guardan un inconveniente,
que no sienta ningún remordimiento
Le dije
que estaba completamente de acuerdo
en su tibia inquietud de ajenos repertorios.
Le dije
que no me recitara a Breton, el surrealismo,
que no la describiera,
le dije y no lloraba.
Pregunté:
¿qué clase de cosas?
¿Adónde llevará este camino?
Pensé pero no dije, por fortuna:
¿Qué astucias articula la dueña de tus sueños?
Y sin pensarlo tanto pregunté:
¿Podemos ser amigos como antes?
(Nunca fuimos amigos, que lo sepas)
¿Le dije o lo pensé?
Ya no recuerdo.
¿Hay beso para mí?
Ni una sola palabra de perdón.
Ni un infame artilugio innecesario.
Le di los Buenos días, muchas gracias,
y mi automóvil se perdió en la ruta.
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